La Borinqueña

 

La tierra de Borinquén
donde he nacido yo,
es un jardín florido 
de mágico fulgor. 


Un cielo siempre nítido
le sirve de dosel
y dan arrullos plácidos
las olas a sus pies. 


Cuando a sus playas llegó Colón;
Exclamó lleno de admiración;
"Oh!, oh!, oh!, esta es la linda
tierra que busco yo". 


Es Borinquén la hija, 
la hija del mar y el sol, 
del mar y el sol,
del mar y el sol,
del mar y el sol,
del mar y el sol.